Pode um desejo imenso

Pode um desejo imenso
arder no peito tanto
que à branda e à viva alma o fogo intenso
lhe gaste as nódoas do terreno manto,
e purifique em tanta alteza o esprito
com olhos imortais
que faz que leia mais do que vê escrito.

Que a flama que se acende
alto tanto alumia
que, se o nobre desejo ao bem se estende
que nunca viu, a sente claro dia;
e lá vê do que busca o natural,
a graça, a viva cor,
noutra espécie milhor que a corporal.

Pois vós, ó ciaro exemplo
de viva fermosura,

Quem diz que Amor é falso ou enganoso

Quem diz que Amor é falso ou enganoso,
ligeiro, ingrato, vão, desconhecido,
sem falta lhe terá bem merecido
que lhe seja cruel ou rigoroso.

Amor é brando, é doce e é piadoso.
Quem o contrário diz não seja crido;
seja por cego e apaixonado tido,
e aos homens, e inda aos deuses, odioso.

Se males faz Amor, em mi se vêm;
em mi mostrando todo o seu rigor,
ao mundo quis mostrar quanto podia.

Mas todas suas iras são de amor;
todos estes seus males são um bem,
que eu por todo outro bem não trocaria.

A Fermosura desta fresca serra

A fermosura desta fresca serra
e a sombra dos verdes castanheiros,
o manso caminhar destes ribeiros,
donde toda a tristeza se desterra;

o rouco som do mar, a estranha terra,
o esconder do sol pelos outeiros,
o recolher dos gados derradeiros,
das nuvens pelo ar a branda guerra;

enfim, tudo o que a rara natureza
com tanta variedade nos of'rece,
me está, se não te vejo, magoando.

Sem ti, tudo me enoja e me avorrece;
sem ti, perpetuamente estou passando,
nas mores alegrias, mór tristeza.

Elocuencia Suprema

LA ODIABA con pasión, con entusiasmo
Y ¡oh, dicha de vengarme! A poco trecho,
el mar. La noche arriba ¡Y yo en acecho,
gustándola con risa y con sarcasmo!

Miréla ante el abismo. Sentí espasmo…
Ya la iba a hundir en el dantesco lecho;
hablóme el mar… se conturbó mi pecho
y me detuve con profundo pasmo!

Ante esa voz, la noche, el inaudito
silencio eterno, comprendí contrito,
cuán pequeño y fugaz es lo que existe!…

Impetréla perdón con hondo acento…
¡Ella fue blanda! Y desde aquel momento,

Canción de la Morfina, La

Amantes de la quimera,
Yo calmaré vuestro mal:
Soy la dicha artificial,
Que es la dicha verdadera.

Isis que rasga su velo
Polvoreado de diamantes,
Ante los ojos amantes
Donde fulgura el anhelo;

Encantadora sirena
Que atrae, con su canción,
Hacia la oculta región
En que fallece la pena;

Bálsamo que cicatriza
Los labios de abierta llaga;
Astro que nunca se apaga
Bajo su helada ceniza;

Roja columna de fuego
Que guía al mortal perdido,
Hasta el país prometido

A Apolo y Daphne

Con presto curso i con ueloz denuedo
sigue Apolo la hija de Peneo;
hurtó el uno las alas al desseo
i al otro le prestó sus pies el miedo.

“¿Por qué te alexas, si alcançarte puedo”,
le dixo, “de mi amor o digno empleo?
¿Piensas, cual Aretusa de su Alfeo,
huir de mí, que al uago uiento ecedo?”

Alentó la carrera, i ya rendida
cuidó tener de Dafne la dureza,
tanto se le acercó el amante ciego.

Mas del piadoso padre socorrida,
trocando en árbol la mortal belleza,
burló sus braços, i auivó su fuego.

Soneto 76

Quisiera Amor a su prisión volverme
por castigar mi libre sentimiento,
y diome de su mano un tan gran tiento,
que hubiera en aquel punto de vencerme,
pero tan cierto vi luego el perderme,
que esto solo escusó mi perdimiento,
y fue el primer afeto tan sin tiento,
que al segundo fue fuerza rehacerme.
Si con armas Amor acostumbradas,
como otras veces sale, me saliera,
según en salvo estoy, quizá esperara.
Mas estas aventuras desusadas
espérelas y empréndalas quien quiera,
que yo no oso esperar muerte tan clara.

Tanzmeister, Der

Wohlgerüstet war ich kommen;
Siegsgewiß doch, wie zum Scherz,
Hat ein Blick mein Herz genommen—
Wer kann kämpfen ohne Herz?

So vom Augenblick—geschlagen,
Kniet' ich Armer vor ihr hin,
Hatt' kein Herz nun, ihr zu sagen,
Daß ich ihr Entherzter bin.

Wächter, Der

Nächtlich macht der Herr die Rund',
Sucht die Seinen unverdrossen,
Aber überall verschlossen
Trifft er Tür und Herzensgrund,
Und er wendet sich voll Trauer:
Niemand ist, der mit mir wacht.—
Nur der Wald vernimmt's mit Schauer,
Rauschet fromm die ganze Nacht.

Waldwärts durch die Einsamkeit
Hört' ich über Tal und Klüften
Glocken in den stillen Lüften,
Wie aus fernem Morgen weit—
An die Tore will ich schlagen,
An Palast und Hütten: Auf!
Flammend schon die Gipfel ragen,
Wachet auf, wacht auf, wacht auf!

Pages

Subscribe to RSS - Italian